Segunda parte del documento
base para este curso 2019-2020, con los proyectos en los que queremos
trabajar y las necesidades que creemos deberían ser cubiertas para la mejora de
la educación en La Rioja.
A lo largo de estas semanas iremos
publicando en este blog, todos nuestros
planteamientos desarrollados en ese documento, para mostrar cual es
nuestra línea de trabajo, un ideario basado en el aprendizaje y el desarrollo
de nuestros niños y niñas.
ATENCIÓN A LA
DIVERSIDAD: PERSONALIZACIÓN E INCLUSIÓN
El sistema actual no permite la
supervivencia dentro de él a los “diferentes”, quien no es capaz de entrar en
el rango de lo “normal” está condenado al fracaso. Como sabemos que ese cambio educativo que reclamamos tardará
en llegar, pedimos que se implementen los apoyos y los recursos que permitan a
todo el alumnado conseguir el éxito escolar.
El nivel de fracaso escolar en España es
insostenible, algo falla en la detección y adopción de medidas con los alumnos
que por sus características específicas (altas capacidades, dificultades de
aprendizaje, etc. -mencionamos aquí las etiquetas, aunque consideramos que toda
persona requiere una personalización para desarrollar su plena potencialidad en
el aprendizaje y alcanzar el éxito escolar, entendido este según los baremos
actuales de superación de los estándares establecidos) precisan de adaptaciones
que ajusten la estandarización del currículum y la metodología a ritmos y
estilos diferentes.
Estas adaptaciones, en la
mayoría de los casos y cuando existen, son insuficientes debido a la falta de
recursos, materiales, técnicos y humanos; al desconocimiento por parte del
profesorado de la existencia, naturaleza y alcance de los fenómenos que se
encuentran en el aula; en definitiva, a la falta de un plan director de educación personalizada e inclusiva realista y
eficaz, que responde, una vez más, a una ausencia de visión y voluntad
política.
Es también insostenible que la atención imprescindible que
requieren estas niñas y estos niños dependa de una ampliación de las horas de
trabajo fuera del sistema escolar, de los recursos económicos de las familias y
de la suerte, mayor o menor, de dar con buenos profesionales que detecten a
tiempo y con precisión, e intervengan en cada caso de forma iterativa con
pertinencia y eficacia.
Solicitamos también la reversión del actual sistema de becas para
estas familias. No sólo suponen un parche para la auténtica dotación económica
que debería proporcionar el sistema público, sino que se convierten en un
instrumento de picaresca para los propios gabinetes que prestan el servicio,
con una dudosa eficacia desde el punto de vista de la justicia social.
También segregan, estableciendo la línea de concesión a la
condición de discapacidad. Buscar esta nueva etiqueta para obtener la ayuda
económica conlleva necesariamente la adopción de un estigma de por vida, por un
lado. Por otro, dejan en la cuneta a todas aquellas personas que, no siendo
etiquetadas con ‘discapacidad’, no pueden acceder a ningún tipo de ayuda para
la imprescindible ayuda profesional que los propios servicios de orientación
aconsejan a las familias contratar para que sus hijos e hijas reciban la
intervención que ellos mismos indican, dada la certeza de que los mismos
centros no pueden proporcionarla.
Se necesitan recursos, orientadores, profesores de apoyo y nuevas
estrategias para empujar a los alumnos/as
con necesidades especiales a alcanzar los objetivos. Y creemos, que esas ayudas
(diagnóstico e intervención) en las edades más tempranas, son indispensables
para garantizar el desarrollo adecuado de cada persona, en primer lugar.
En segundo lugar, desde el punto de vista
económico, proporcionar estas ayudas en el momento oportuno supondría un
extraordinario ahorro de recursos en etapas posteriores.
En este sentido vemos claramente que
debemos comenzar a trabajar ya en una inclusión real, que se base en la
personalización de los aprendizajes y que salga de esa visión de talla única
que se da en la gran mayoría de los centros escolares. De hecho, este es el
gran foco donde debemos poner nuestra máxima atención: en que nadie se quede atrás… ni por
exceso, ni por defecto.
Solicitamos
mejorar los proyectos para la inclusión favoreciendo nuevas estrategias y recursos que sean una solución para su
educación y ampliar la información y ayuda a sus familias.
Desde la consejería se
debería favorecer e impulsar una actitud
de colaboración entre el profesorado, los equipos de orientación y las
familias para entender y trabajar la educación como una labor de equipo.
También establecer una mayor continuidad y oportunidad de tutorías en los casos
de necesidades específicas y especiales.
Establecer medidas de seguimiento y control para
las adaptaciones, significativas y no significativas, incluso a nivel de
inspección, tomando en consideración los resultados de la evaluación.
Realizar un seguimiento más exhaustivo y continuo
de los resultados de la intervención, para poder tomar decisiones de mejora o
sustitución de criterios en función del estado de cada niño/a
Promover
un estudio del impacto del inicio y
desarrollo de la pubertad, especialmente en niñas, en los resultados de la
intervención y el rendimiento escolar